Recetas que siempre intentamos integrar en nuestros asaderos

1. Elige el queso adecuado:

• Lo ideal es utilizar queso de cabra o un queso tierno o semicurado de mezcla (cabra, oveja y vaca), que aguante bien el calor sin desmoronarse. El queso majorero o herreño es una excelente opción si puedes conseguirlo.

2. Preparación del queso:

• Corte: Corta el queso en rodajas gruesas, de aproximadamente 2-3 cm de grosor, para que no se derrita demasiado rápido en la parrilla y mantenga su forma. También puedes cortar piezas grandes al gusto.

3. Cocción en la barbacoa:

• Temperatura del fuego: Debes usar una temperatura media o baja. Un fuego muy alto puede hacer que el queso se derrita demasiado rápido y se queme por fuera sin calentarse bien por dentro.
• Tiempo de cocción: Asa el queso durante 2-3 minutos por cada lado, o hasta que esté dorado y crujiente por fuera, pero suave por dentro. Usa una espátula para girarlo con cuidado.

4. Salsa para acompañar:

• Mojo verde o rojo: El queso asado se suele acompañar con mojo canario, ya sea verde (hecho con cilantro, ajo, comino, aceite y vinagre) o rojo (con pimiento, ajo, comino y pimentón). El mojo complementa perfectamente el sabor ahumado del queso.
• Miel de palma o miel de abeja: También es común servir el queso asado con un toque de miel, especialmente miel de palma, que le da un contraste dulce y delicioso.

5. Presentación:

• Sirve el queso recién asado con un chorrito de mojo o miel por encima. Puedes decorar con un poco de cilantro fresco o perejil para darle un toque extra.

Consejos adicionales:

• Cuida que no se derrita demasiado rápido: Un truco es colocar el queso en una bandeja especial para barbacoas, pieza de barro o en una rejilla especial para barbacoas si tienes miedo de que se derrita y caiga entre las parrillas.
• Combinación perfecta: El queso asado se sirve como entrante o acompañamiento de carnes a la parrilla en los asaderos, y combina de maravilla con un poco de pan rústico.